jueves, 20 de octubre de 2011

Y en realidad, hay cosas que no voy a olvidar


Que egoísta hacerte sentir que te necesitaba para sentirme completo. Fue egoísta poner ese peso sobre tu persona cuando apenas podías con tu vida. Egoísta también fue recordártelo todos los días de mil maneras diferentes cuando supongo (en realidad, quiero creer) que a vos tampoco te fue fácil tomar la decisión de decir “hasta acá llegué, es todo lo que puedo dar”. El famoso “te amo, pero…”.

Que egoísta de mi parte fue echarte la culpa de todo cuando siendo protagonista me coloqué en el lugar de espectador. Hasta me puse los anteojos 3D para ver el derrumbe de todo lo que habíamos construido juntos. Derrumbe del que me tengo que hacer cargo, yo tenía el detonador en la mano. Yo siempre tengo el detonador en la mano.

Fui egoísta hasta conmigo al no querer permitirme hacer el duelo. Al no dejarme sepultar los planes a futuro juntos, las expectativas. Al no permitirme despedirme de esos fines de semana donde ya nadie me preguntaba “¿Qué sale hoy?” porque suponían que iba a terminar en tu casa mirando una peli, comiendo porquerías, quedándonos dormidos charlando de nada. Despertándome un rato antes que vos para quedarme mirando como dormís con el constante miedo de que te des cuenta. Disfrutando ser una de esas personas que yo tanto criticaba. Esas a las que los amigos se les enojan porque los ven cada vez menos. Uff… ¡como extraño que mis amigas se enojen conmigo!

No quería que fueras mediocre. Aunque fue egoísta no apoyarte en tus sueños sino en los que yo creía que deberían ser tus sueños. Nunca llegué a entender bien por qué te apareciste por casa a los gritos a preguntarme “¿Qué es lo que tanto te molesta? ¿Queres que sea mejor por mí o por vos? ¿Cuál es el problema? ¿Qué me guste lo simple o que la gente crea que estas con alguien normal?”. Nunca entendí por qué te habías enojado tanto. Yo simplemente quería hacerte sentir que podías conseguir lo que quieras. Pero ya para esa altura lo único que querías era no saber nada más conmigo.

Egoísta es echarte la culpa de todo. De los fracasos amorosos que vinieron después, de lo poco que me divierto cada vez que salgo, de los kilos que aumenté, de que todo lo que no encuentro en mi cuarto seguro está en el tuyo, de las catástrofes naturales, de la crisis mundial, de que los Pumas hayan perdido, del hambre y la guerra en el mundo, de que Airbag siga sacando discos. Siempre encuentro algo de que culparte para evitar pensar que parte de la culpa tuve yo en todo esto.

Egoísta es decirte todo esto por acá y esperar que alguien que te conozca diga “che, ¿leíste esto?”. Egoísta es esperar que después de aquel “vos por tu lado, yo por el mío y así todos felices” aún te pueda importar si tengo algo que me quedó por decirte. Egoísta es esperar que me hayas perdonado cuando yo todavía no pude perdonarme haber sido tan egoísta con la persona que menos se lo merecía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario