Tanto miedo a la oscuridad... y si no fuera por ella no veríamos las estrellas.
Tumbada en la oscuridad doy otro trago a la botella. Las estrellas son mi lámpara esta noche tan fría. La música repiquetea lejos, en alguna sala. El puto invierno me ha pillado desnuda, sin vida. Tú que te acuestas a mi lado y decides callarte tantas cosas. Buscas mi sonrisa y te encuentras con la angustia. Nuestras miradas se atraviesan y cada pestañeo duele un mundo, pero en mis ojos el vidrio no me deja ver tu rabia. Tus labios me sacuden, mis sentimientos resbalan, el corazón me da vueltas y la razón está borracha.
“Ni yo mato por celos ni tú mueres por mí, antes de que me quieras como se quiere a un gato me largo con cualquiera que se parezca a ti”
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