Hola, soy yo, la misma de siempre; no hace falta que hables, solo necesito que me escuches, pero, por favor, no me cuelgues. Simplemente llamaba para recordarte que estoy aquí, que no hace falta que te hagas el indiferente cuando pasas por mi lado. Llamaba para recordarte todos esos momentos que hemos vivido, tú y yo, los dos; puesto que cuando estás con ella parece que te hayas olvidado. Llamaba con la esperanza de que cogieses el teléfono y que cuando te saludase respondiéses con esa voz de alegría, aunque en realidad, sabes que me conformo con oír tu respiración al otro lado del teléfono. No necesito que me digas que me sigues queriendo, tampoco necesito que me digas que en realidad ella no es nada, solo necesito que me digas que tú tampoco te has olvidado. De verdad, que llamaba para decirte que soy la misma de siempre, que no he cambiado, y que también soy una tonta por creer que vas a volver, y bueno nada... yo ya no te molesto más. Porque en fin... sólo llamaba para decirte que te quiero.
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