jueves, 6 de enero de 2011

Prefiero la guerra contigo, al invierno sin ti.

Es un ser humano como cualquier otro. Que siempre responde ante todo tipo de circunstancia de la vida de diferentes formas, algunas veces agachando la cabeza, otras poniéndole el pecho a la bala. Pero siempre esta presente. Al ser un ser humano de carne y hueso, adquiere una gran potencia del saber manejar muy bien sus intereses. Requiere gran poder a la hora de conquistar y eso la juega a favor muchas veces. Tiene un poder de seducción extremadamente mayor que el hombre, que con tan solo un movimiento de pelo o una simple mirada muchos hombres pueden caer rendidos a sus pies. Pero también esta la mujer sensible, la que le cuesta muchísimo entregarse y mostrarse ante los demás por el simple hecho de que no sea respetada por la sociedad. Somos fácilmente lastimadas por causa de amores y es ahí cuando desmotramos esa transparencia de que cuando queremos damos todo y sin pensar que un día todo ese amor se lo puede llevar el viento. Somos muy fáciles de manejar cuando estamos plenamente enamoradas, porque nos mostramos ciegas y sumamente bobas a nuestro hombre. Y eso si que nos juega en contra, aveces me gustaría que nos dieran un poco más de dureza y maldad. Como lo tienen ellos que son muy duros frente a las relaciones amorosas. Pero no lo es así. Y no quiero poner en papel de victima a la mujer, pero siempre somos las que salimos lastimadas.

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